Por Nereida Perdigón
La violencia doméstica sigue siendo un problema urgente en las sociedades de todo el mundo y, si bien afecta a personas de todos los orígenes raciales y étnicos, las mujeres hispanas a menudo enfrentan desafíos únicos arraigados en normas culturales, tradiciones y barreras sistémicas. La intersección de raza, género y cultura puede intensificar los desafíos que enfrentan estas mujeres cuando intentan escapar de relaciones abusivas o buscar apoyo. Comprender la violencia doméstica entre las mujeres hispanas a través de un lente cultural es esencial para desarrollar intervenciones efectivas y sistemas de apoyo que reconozcan sus experiencias únicas.
Normas y tradiciones culturales
Para muchas mujeres hispanas, los valores culturales como el familismo (un fuerte compromiso con la familia) y el marianismo (la creencia de que las mujeres deben ser abnegadas, protectoras y dedicadas a la familia) desempeñan un papel importante en la forma en que perciben la violencia doméstica y si buscan ayuda. El familismo coloca la unidad y la lealtad familiar en el centro de la vida de una persona, lo que puede crear presión para mantener la estructura familiar a toda costa, incluso cuando existe abuso. Las mujeres pueden sentir un sentido del deber de preservar su familia, particularmente por el bien de sus hijos, incluso si eso significa tolerar un comportamiento abusivo.
El marianismo, que a menudo refuerza los roles de género tradicionales, puede perpetuar aún más la idea de que las mujeres deben soportar las dificultades en silencio. Esta expectativa cultural puede llevar a las mujeres hispanas a sentirse obligadas a soportar la carga del abuso sin expresar su sufrimiento. En muchos casos, el estigma de ser etiquetada como "la que rompió la familia" o "la esposa desobediente" puede ser abrumador, reforzando el ciclo de silencio y abuso.
Como es bien sabido, el marianismo proviene de la construcción de géneros originada en los valores o creencias católicas traídas a toda América Latina por los colonizadores españoles. El marianismo se basa en la creencia en la Virgen María como la madre de Jesús y la protectora de la familia. De esta manera, se ha impuesto que la mujer debe ser abnegada, modesta y el pilar de la familia, y de esta idea surge el concepto de "familismo". De esta manera se genera un dominio del género masculino.
Barreras para buscar ayuda
Las mujeres hispanas que sufren violencia doméstica encuentran una variedad de barreras para buscar ayuda, muchas de las cuales están relacionadas con factores culturales, socioeconómicos y de inmigración.
Barreras lingüísticas: El dominio limitado del inglés puede impedir que las mujeres hispanas accedan a recursos como refugios, líneas directas o asistencia legal. Muchos servicios de violencia doméstica pueden no tener personal o recursos bilingües, lo que dificulta que las mujeres que no hablan inglés comuniquen sus necesidades o comprendan sus derechos legales.
Miedo a la deportación: Para las mujeres indocumentadas, el miedo a la deportación es un importante factor disuasorio para buscar ayuda. Las parejas abusivas pueden usar su estatus migratorio como palanca, amenazando con denunciarlas a las autoridades si intentan dejar la relación o buscar apoyo. Este miedo a menudo se ve agravado por la desconfianza en la policía o los servicios sociales, que muchos inmigrantes indocumentados perciben como vinculados a las autoridades de inmigración.
Dependencia económica: La inseguridad económica es un problema generalizado entre las mujeres hispanas, en particular entre aquellas que son inmigrantes o provienen de entornos de bajos ingresos. La dependencia financiera del abusador puede hacer que abandonar una relación violenta parezca imposible, especialmente cuando la mujer carece de acceso a recursos financieros independientes, vivienda o empleo.
Creencias religiosas: El papel de la religión en muchos hogares hispanos es profundo, y las creencias religiosas también pueden contribuir a la renuencia a abandonar a una pareja abusiva. En algunos casos, las mujeres pueden recurrir a sus líderes religiosos en busca de orientación, pero las interpretaciones tradicionales de la doctrina religiosa pueden alentar a las mujeres a permanecer en la relación o "perdonar" a sus abusadores con la esperanza de una reconciliación y muchos hasta que la muerte los separe como reza la creencia.
Retos sistémicos
Además de las barreras personales y culturales, las mujeres hispanas enfrentan desafíos sistémicos cuando intentan navegar por las instituciones diseñadas para ayudar a las sobrevivientes de la violencia doméstica.
Falta de servicios culturalmente competentes: Los servicios de violencia doméstica a menudo no están adaptados culturalmente a las necesidades de las mujeres hispanas. Los programas convencionales pueden carecer de la sensibilidad cultural necesaria para comprender las experiencias únicas de las sobrevivientes hispanas, como su fuerte apego a la familia, el miedo a la deportación o la necesidad de servicios bilingües. Además, muchas de estas mujeres tienen miedo de que les arrebaten a sus hijos o los separen de ellas.
Obstáculos legales: Navegar por el sistema legal puede ser particularmente desalentador para las mujeres hispanas, especialmente aquellas que no están familiarizadas con el proceso judicial de los EE. UU. Muchas desconocen sus derechos legales o pueden no tener acceso a una representación legal asequible. Lamentablemente, no hay muchos programas gratuitos donde estas mujeres puedan recibir apoyo legal. Además, las leyes que se supone que protegen a las sobrevivientes de la violencia doméstica, como las órdenes de restricción o los acuerdos de custodia, pueden ser difíciles de obtener sin la orientación o el apoyo adecuados.
Abordar el problema: intervenciones culturalmente sensibles
Para apoyar de manera efectiva a las mujeres hispanas que experimentan violencia doméstica, es fundamental desarrollar intervenciones culturalmente sensibles que aborden sus desafíos únicos.
Servicios bilingües y biculturales: Los programas de violencia doméstica deben priorizar la contratación de personal bilingüe y bicultural que pueda comunicarse de manera efectiva con las mujeres hispanas y comprender los valores culturales que pueden influir en sus decisiones. Este enfoque garantiza que las sobrevivientes se sientan escuchadas, comprendidas y empoderadas para buscar ayuda en un entorno seguro.
Educación y extensión comunitaria: Los esfuerzos de base que educan a las comunidades hispanas sobre la violencia doméstica y los recursos disponibles para las sobrevivientes son vitales. La colaboración con organizaciones comunitarias, líderes religiosos y defensores locales para difundir información sobre la violencia doméstica y las protecciones legales puede ayudar a superar el estigma que rodea a este problema.
Protecciones migratorias: La defensa de las protecciones migratorias, como la visa U o VAWA (Ley de Violencia contra la Mujer), es esencial para las sobrevivientes indocumentadas. Estos programas proporcionan estatus legal a las sobrevivientes inmigrantes de la violencia doméstica, dándoles la seguridad de buscar ayuda sin temor a la deportación.
Empoderamiento de la independencia económica: Ofrecer programas de educación financiera, capacitación laboral y recursos para la independencia económica puede proporcionar a las mujeres hispanas las herramientas que necesitan para dejar las relaciones abusivas. Construir caminos hacia la estabilidad financiera es clave para romper el ciclo de violencia y garantizar la seguridad a largo plazo para las sobrevivientes, y para que las mujeres logren la estabilidad financiera, sería de gran beneficio apoyar a las mujeres brindándoles cuidados de guarderia diaria a sus hijos mientras ellas trabajan.
Conclusión
La violencia doméstica entre las mujeres hispanas no se puede entender sin tener en cuenta los factores culturales, socioeconómicos y sistémicos que moldean sus experiencias. Los valores culturales como el familismo y el marianismo, junto con las barreras lingüísticas, los temores a la inmigración y la dependencia económica, contribuyen a los desafíos únicos que enfrentan las mujeres hispanas cuando se enfrentan a la violencia doméstica. Abordar estos problemas a través de intervenciones culturalmente sensibles, servicios bilingües, extensión comunitaria y defensa legal es esencial para garantizar que las mujeres hispanas estén empoderadas para romper el ciclo de abuso y recuperar sus vidas. Al comprender y respetar su contexto cultural, la sociedad puede ofrecer un apoyo más significativo a las sobrevivientes hispanas de la violencia doméstica.
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